Importancia de mantener y lavar las calleras para prolongar su vida útil y prevenir infecciones.
Mantener y lavar las calleras es importante por varias razones. En primer lugar, el sudor y la suciedad pueden acumularse en la superficie de las calleras, lo que puede llevar a la formación de bacterias y hongos que pueden causar infecciones en la piel. Al limpiar regularmente las calleras, se eliminan estas bacterias y se previene la propagación de infecciones.
Además, aunque las calleras están diseñadas para ser duraderas y resistentes, el uso continuo y la exposición a sudor y suciedad pueden causar desgaste y rasgaduras en la superficie. Al mantener y limpiar regularmente las calleras, se prolonga su vida útil y se evita tener que reemplazarlas con frecuencia.
Preparación: quitar cualquier objeto suelto y cepillar la superficie
Antes de comenzar a limpiarlas, es importante prepararlas adecuadamente. Primero, asegúrate de quitar cualquier objeto suelto que pueda estar adherido a las calleras, como trozos de cinta o restos de tiza. Si no se eliminan estos objetos antes de la limpieza, pueden rayar la superficie de las calleras.
Luego, utiliza un cepillo suave para cepillar la superficie de las calleras. Esto ayudará a eliminar cualquier suciedad o partículas sueltas que puedan estar adheridas a las calleras. Si no tienes un cepillo suave, también puedes utilizar una toalla o un paño para eliminar la suciedad y los residuos.
Una vez que hayas quitado los objetos sueltos y cepillado la superficie de las calleras, estarán listas para la limpieza.
¿Se pueden introducir en la lavadora?
Ten en cuenta que lavar las calleras en la lavadora puede ser más agresivo que lavarlas a mano, lo que puede dañar el material de las calleras o reducir su vida útil. Por lo tanto, si decides lavar las calleras en la lavadora, asegúrate de hacerlo con cuidado y con poca frecuencia, aunque como hemos dicho, no es recomendable hacerlo por este medio.
Limpieza regular con toallas húmedas o un paño suave
Para limpiar las calleras, simplemente humedece una toalla o un paño suave con agua tibia y limpia suavemente la superficie de las calleras. Asegúrate de llegar a todas las áreas, incluyendo los bordes y las costuras.
Si hay suciedad o sudor especialmente pegados, es posible que necesites frotar un poco más para eliminarlos. Es importante no usar demasiada agua ya que puede dañar el cuero o el material de las calleras. Una vez que hayas limpiado toda la superficie, deja que las calleras se sequen al aire libre antes de usarlas nuevamente.
Uso de soluciones de limpieza suave como jabón o alcohol isopropílico diluido
Además de la limpieza regular con toallas húmedas o un paño, también se pueden utilizar soluciones de limpieza suave para limpiar las calleras. Dos opciones que tenemos son el jabón y el alcohol isopropílico diluido.
Para utilizar jabón, mezcla una pequeña cantidad de jabón con agua tibia y utiliza un paño suave para aplicar la solución. Frota suavemente las calleras para eliminar la suciedad y la grasa acumulada y luego enjuaga con agua. Deja secar las calleras al aire libre.
Para utilizar alcohol isopropílico diluido, mezcla una pequeña cantidad de alcohol isopropílico con agua en una proporción de 1:1 o 1:2. Utiliza un paño para aplicar la solución a las calleras y frota suavemente para eliminar la suciedad y la grasa. Luego, enjuaga las calleras con agua y deja que se sequen al aire libre.
Es importante tener en cuenta que algunas soluciones de limpieza pueden ser demasiado agresivas para el cuero o el material de las calleras, por lo que es importante elegir soluciones suaves y diluir el alcohol isopropílico. Además, asegúrate de enjuagar bien las calleras con agua limpia después de aplicar cualquier solución de limpieza y dejar que se sequen completamente antes de usarlas nuevamente.
Secado adecuado para evitar deformaciones y malos olores.
La mejor manera de secar las calleras es al aire libre. Coloca las calleras sobre una toalla seca y deja que se sequen al aire libre. Evita colocar las calleras directamente al sol o cerca de una fuente de calor, como una estufa o un radiador, ya que esto puede causar deformaciones en el material.
Es importante asegurarte de que las calleras estén completamente secas antes de guardarlas. Si guardas las calleras húmedas, pueden acumular malos olores y aumentar el riesgo de infecciones. Si las calleras tienen una correa de velcro, asegúrate de cerrarla antes de guardarlas para evitar que se acumulen residuos o pelusas en el velcro.
Si necesitas usar las calleras antes de que estén completamente secas, utiliza una toalla seca para eliminar el exceso de humedad antes de usarlas. Nunca utilices una secadora para secar las calleras, ya que el calor y la fricción pueden dañar el material y reducir su vida útil.
Almacenamiento adecuado en un lugar fresco y seco
Después de lavar y secar completamente las calleras, es importante almacenarlas en un lugar fresco y seco para evitar la acumulación de humedad y la formación de malos olores.
Lo ideal es guardar las calleras en un lugar ventilado y protegido del sol directo y la humedad. Una buena opción puede ser un armario o cajón seco, preferiblemente en un área alejada de la cocina o el baño, ya que estas áreas suelen tener más humedad.
Si las calleras tienen una correa de velcro, como hemos dicho antes, es importante asegurarse de que esté cerrada para evitar que se acumulen residuos o pelusas en el velcro. También puedes utilizar una bolsa de almacenamiento de malla transpirable para mantener las calleras protegidas y ventiladas al mismo tiempo.
Es importante no guardar las calleras en una bolsa de plástico, ya que esto puede atrapar la humedad y causar la acumulación de malos olores. Además, evita guardar las calleras cerca de fuentes de calor o en lugares húmedos.
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